Manual para equivocarse




Recientemente descubrí una definición mía que desconocía: "Ñoña por vocación" y me gustó muchísimo reconocer esta descripción que me hacía falta . Me hizo muy feliz reconocerme así, hace poco un buen amigo me dijo: "Es irreal como encuentras un sentido profundo y filosofía de vida en un juego de mesa" ¡GRACIAS POR DECIRMELO! Abrieron una nueva defición que amé!

Hace unos días otra persona me dijo tras equivocarme que necesito estructura y planeación para todo, además de necesitar ponerle nombre a las cosas para poder entenderlas (insisto, soy Ñoña por vocación) la realidad para mi fue tal y como cuando tu mamá te dice "eres idéntico a tu padre" y la reflexión sólo te lleva a pensar: "Si, a huevo, así soy". Esa conversación sobre mi error provocó una gran discusión y tener que tomar decisiones importantes y bastante difíciles, de esas decisiones en las que el corazón dice una cosa y la mente otra pero al final tienes que agarrar valor. 

A lo que quiero llegar con todo este choro es que: 

1. Soy ñoñísima y me fascina.  
2. ¡Me equivoco! (mucho y a cada rato). 

La mezcla de ambas cosas causó que me dedicara a pensar muchísimo (en mi trabajo, en mi vida personal, en mi vida social, mi vida familiar, en mi vida amorosa) Las últimas semanas han sido una gran reflexión sobre tener un error, una equivocación, un tropiezo (mis errores, los errores de los demás y las equivocaciones que tienen otros hacia mi). 

Pareciera que equivocarse hoy en día fuese todo lo opuesto a lo que realmente significa. Es como si ofrecer una disculpa fuera algo que dices todos los días por cualquier cosa. Pareciera que uno no tiene la oportunidad de meter la pata, lastimar a alguien sin querer, descuidar una conversación por andar distraído, enviar un envío mal, tomar una decisión estúpida porque las circunstancias hicieron que pensara de una u otra manera. Entonces, ¿Cometer un error por tener una confusión en el trabajo, tener un mal entendido por problemas de comunicación es un acto de gente idiota?. Queremos seres súper perfectos capaces de andar por la vida siendo ejemplos intachables con decisiones siempre correctas, ¿queremos vivir sin disculpas de por medio? ¡Vaya expectativa! 

Incluso hay veces que me juzgo muy rudo por equivocarme. ¡No saben la tormenta que puede ser reprocharme a mí misma! Me cuesta muchísimo trabajo que las cosas salgan de mi estructura, planeación y expectativas, en ocasiones he decidido tomar el riesgo para aventurarme en algo a lo que quería darle una oportunidad ¡confiar por confiar! "Carpe Diem" y resulta que todo sale mal y muy alejado de lo que esperaba. Es como un "te lo dije" a mi misma,  me siento TERRIBLE, mi autoevaluación (ego) hace que una herida que debería curarse pronto, tarde un poco más en sanar por mi poca flexibilidad hacia mi, o bien, mi poca capacidad de perdonarme porque yo misma "esperaba algo de mi" que no sucedió. 

Cuando me equivoco, suelo analizar la situación una y otra y otra vez, repasar la parte en dónde me equivoqué (porque sí: reconozco perfecto en dónde fue) y también trato de recrear un millón de veces en las que me disculpé (si debía decirlo de cierto modo, si usé las palabras correctas, el tono correcto, si intenté todo lo que estaba en mis manos). Dependiendo de la situación,  hay veces que llego a pasar varias noches sin dormir pensando y pensando y pensando más y es una verdadera tortura. 

Pensé que la palabra "perdón" vale tan poco y la palabra "equivocación" vale tanto. ¿Has pensado cuántas veces al día dices perdón? (cuando chocas con alguien, cuando le quitas la palabra a alguien, cuando pides instrucciones, cuando consultas una dirección en la calle, cuando pones el sonido muy alto, etc). ¿Has pensado cuántas veces al día dices me equivoqué?. 

Aprendí dos cosas importantes sobre el perdón: la primera es que el perdón no es para que el otro perdone, es para que tú reconozcas que te equivocaste y la paz vuelva a tu cuerpo por haber lastimado a alguien (sin intención) y la segunda es que somos seres humanos imperfectos que necesitaremos ofrecer disculpas miles de veces ¡así que más vale que nos vayamos acostumbrando y asumir el error como propio y como parte de nuestras vidas!  

En impro y clown dicen que el error, el fracaso, la equivocación es una gran oportunidad para brillar, y eso es una absoluta verdad. Si no te equivocas nunca ¿cómo vas a aprender? 

Dice Kathryn Schulz que preferimos no reconocer que estamos equivocados a pesar de que en realidad puede servirnos como estímulo creativo y personal. Y todo es por la sensación de equivocarse, la emoción de darse cuenta que te equivocaste es fuerte, (si no te das cuenta, sigues actuando normal). 

"Manual para equivocarse"

  1. El error no es sinónimo de faltarle el respeto a nadie... cuando te equivocas ¡te equivocas! pero  ten claro que no has querido lastimar (o por lo menos eso esperaría de ti). Si descuidaste una fecha de cumpleaños, no pusiste atención a lo que el otro decía... ¡Te equivocaste! pero no lo haces con dolo, justo por eso se llama error. 
  2. En cuanto sepas que te equivocaste, ¡háblalo! no lo dejes a la magia de las redes sociales, o la cercanía que te da Whats App.  Sé asertivo, encuentra el espacio y el momento correcto y conecta tu mirada a la del otro. ¡Vale la pena darle el valor y respeto que merece!
  3. "Tú capacidad de equivocarte no es un defecto vergonzoso, es parte del sistema humano. A diferencia de los animales (que también se equivocan), el ser humano es el único que está obsesionado en tratar de resolverlo" Kathryn Schulz
  4. Sé capaz de reconocer, sé humilde y no intentes camuflajear tu error... eso es EGO en su máximo potencial. ¡Pierdes muchas oportunidades al no reconocer tu error! El perdón es una fuerte declaración de tú valentía. 
  5. No todos los "perdones" serán perdonados. Pero vale la pena ofrecerlos, no es debilidad, es humildad. No esperes que el otro perdone, eso ya será su asunto, no esperes nada del otro... tener expectativas de lo que el otro puede hacer o no son cosas que pueden llegar a lastimarte mucho, el otro tomará sus decisiones que son tus consecuencias. (aunque tal vez ahora seas tú quien deba tomar decisiones, o sea consecuencias). 
  6. Si el error fue con alguien a quien amas, reconoce, discúlpate, haz lo que esté en tus manos sin sacrificar tu propio bienestar... ¡no hay nadie en el mundo que no se equivoque! si la otra persona no sabe, no puede o no quiere aceptar que te equivocaste o tus disculpas, sigue adelante, deja ir, algún día la vida le pondrá frente una situación como la que viviste con él / ella y tal vez sea tarde pero estoy segura que te recordará con una sonrisa. 
  7. Jamás esperes que los demás vean el error como tú lo ves. Hay gente con visión positiva y gente con visión negativa o incluso neutra. Algo que para ti "se resuelve en chinga", para otro quizá sea "equis", y para otro quizá sea peor que pegarle a su mamá el día de las madres. No todos sabemos que equivocarse es normal. 
    1. Si el error fue contigo mismo, y va directamente a tus creencias, tus valores, tus experiencias: no te juzgues tan fuerte, esa corazonada que te dijo que valía la pena intentarlo es porque hay algo que debías vivir para aprender algo que tal vez aún no sabes. 
    2. Cuando te equivoques (en el trabajo, con tus amigos, tu pareja, tu familia, donde sea) encuentra lo que debes mejorar, corregir, cambiar para hacer todo lo posible para que no vuelva a sucederte. ¡Qué se note tu disposición más que tu vergüenza! 
    3. Sé consciente, crea espacios (laborales, personales, amorosos) dónde equivocarse es una opción, donde el error es la oportunidad de aprender, donde la empatía sea mucho más importante. Tenemos que ser promotores de confianza y de espacios dónde reconocer el error es un acierto. (de lo contrario provocarás que nunca nadie se pueda equivocar y te lo oculten o te teman). 
    4. No hay nada más rico que decir "pensé que esto iba a pasar, pero pasó algo más en su lugar que era justo lo que necesitábamos". 



    Trata de recordar todos aquellos momentos en dónde has sido lector, público e incluso la escucha de un buen amigo que te cuenta una historia. ¡Necesitamos algo de sorpresa y aventuras, y justo lo que hace que las historias de vida de cada una de las personas que nos rodea (e incluso las nuestras) tienen sucesos inesperados y erróneos. Justo esos hacen que nos divierta, reír, conmovernos, soñar alto. 



    ¡Pensamos que algo va a suceder, pero siempre otra cosa pasa en su lugar!
    Cristobal Colón pensó que llegaría a un lugar, pero algo distinto pasó.
    Arianna Huffington fue rechazada por 36 editores, ahora es uno de los periódicos en línea más leídos.
    Despidieron a Walt Disney por su falta de creatividad y después, algo distinto pasó. 
    Steve Jobs fue despedido de su propia empresa. ¡Se equivocó! 

    ¿Cuántas historias tienes tú que pintaban para un gran fracaso que se convirtieron en un éxito total? ¿Cuántas amistades tienes que empiezan con "me caía muy mal" y un día algo pasó? ¿Cuántas historias de amor conoces dónde el principio fue súper complejo y lleno de tropiezos y se dieron la oportunidad corregir y continuar para ser felices?... 

    La vida entera está llena de grandes curiosidades por culpa de un "error oportuno".  ¡Aprovéchalo y disfruta!  (Aunque a veces sea complicado... el truco está en hacerlo consciente). 

    Sigo trabajando todos los días en alinearme en esas cositas que voy aprendiendo, por eso mismo soy una eterna curiosa, por eso mismo soy una ñoña de vocación... Justo lo que te comparto, esto de la vida es ensayo y error. Aquellas cosas que hoy rompen mi corazón, rompen mis creencias, retan a mi tolerancia son las que hacen que siga aprendiendo y creciendo, madurando mi toma de decisiones e incluso madurando a mis corazonadas. 

    Equivocarse, ya sea en una decisión, o en un comportamiento es súper humano... la magia está en tú capacidad de reconocerlo y seguir avanzando con las consecuencias que esto implica  y siempre con la convicción de haber hecho lo que estaba en tus manos. 

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