Y vivieron felices para siempre...

Hoy platicaba con un muy buen amigo que no sabemos a quien se le ocurrió esa loca idea de hacernos pensar que enamorarse es pensar en el príncipe azul, en  que nos rescatan, en que existen las medias naranjas, en que el amor es solamente para un pareja ver como el tiempo se detiene mientras lo ves a los ojos y que todo es mágico y su finalidad es ser felices para siempre.

Cada vez es más común escuchar a toda la gente que habla de lo terrible que ha sido esta idea: 12 Princesas en Pugna, la fotógrafa israelí Dina Goldstein con “Fallen Princess” "In the Doll House" , el mismo Shrek,  “Como anillo al dedo. Manual de amor de la A a la Z”. Basta con que busques en Google “Happily ever after” para encontrar infinidad de textos que hablen de lo equivocados que estamos.

Y… ¿porqué nadie nos dice nada? Que fácil es acabar frustrado con esta expectativa tan alta que tenemos del amor, “para siempre” es un chingo de tiempo ¿no? resulta que si decido terminar con el novio entonces debo empezar de nuevo a enamorarme de alguien, que se enamore de mi para encontrar el gratificante “y vivieron felices para siempre”… y qué decir si se me ocurrió casarme y las cosas no funcionaron por decisiones personales de forma de vida, desacuerdos naturales de una pareja y no logramos establecer esa mágica conexión de chispitas de colores, amor, respeto, confianza y perfección como para vivir hasta que la muerte nos separe.  ¿Qué pasa si después de 25 años juntos decido que es momento de un cambio?, ¿está mal?... ¿Debo crear una batalla campal? (ya saben a lo que me refiero: abogados, discusiones, desacuerdos, gritos, pelea, familia dividida).
Este concepto de amar a una sola persona hasta el resto de la eternidad me suena increíble para un cuento de hadas; pero tengo millones de dudas al respecto, que tampoco logro resolver.

Una separación es algo súper complicado, lo entiendo, pero… si dejo de estar enamorado (maripositas en la panza, efecto cara de baboso, risa de tonto… ) ¿tengo que en automático dejar de querer, de amar, o en algunos casos… dejar de sentir cariño por esa persona?

Si elegiste a una persona para pensar en “vivieron felices para siempre” no nos vayamos tan lejos… si lo elegiste como pareja, ¿no crees que es por que es alguien increíble? No funcionamos, pero así como ustedes no funcionaron hay muchas otras cosas que puede que no funcionen como una amistad, un trabajo… o incluso una relación médico-paciente. Que no funciones para mi, no significa que no funcione para nadie, que deba retirarle el habla, que lo odie o que se convierta en “el/la innombrable”.  Sé que tu cuento para la eternidad tal vez necesite una segunda oportunidad, pero no hay necesidad de vivir en el rencor.

¡Claro! La despedida duele, el orgullo duele, pero contradiciendo a la Madre Teresa de Calcuta, el amor no debe doler… el amor debería ser tan fácil como para que “hasta que la muerte nos separe” no suene a tortura.

Si a ese amor de pareja le sumas otros elementos que satisfagan esa sensación de amor, como vivir en amor, el reto se vuelve un poco más interesante y placentero.

Hablando de una situación específica personal… vivo profundamente enamorada de mi novio, quienes me conocen lo saben. Me hace sonreír muchísimo y además hemos decidido ir intentando pasito a paso vivir en armonía y pasito a paso experimentando cosas nuevas para que al paso del tiempo el compromiso se vuelva mayor, pero así como he decidido amarlo… también he decidido amar a más gente, amar situaciones y a más cosas… Jorge sabe de mi profundo amor a mi cama, sabe de lo mucho que disfruto mis sábanas de no se cuantos hilos que son como una nube… ciertamente sabe de mi amor por permanecer en cama viendo tele por todo un día, sabe de mi amor al tartin de salmón y lo mucho que disfruto comerlo, sabe de mi profundo amor por mis amigos y convivir con ellos, invitar gente a los planes que hacemos, la socialité, mi amor a las agendas y a calendarizar cosas, mi amor a los itinerarios, sabe de mi amor a mi trabajo, mi amor por el voluntariado, a compartir con otros,  mi amor a los chocolates, mi amor a los tumultos, a los conciertos, show, espectáculos,  mi amor a mi familia, a las reuniones, a mandar correitos de chismes,  mi amor escribir, mi amor a platicar con desconocidos, mi amor a viajar, mi amor a dar talleres… así como yo sé de sus grandes amores.

Lo que quiero compartirte en esto es: ama a todos y a todo como si no te fuera a doler, ese dolor el día de mañana será aprendizaje, será lo que te haga más receptivo, será lo que te haga más tolerante…

Baja un poco la expectativa de “para siempre”, “hasta que la muerte nos separe” “hasta la eternidad” y piensa en ser feliz hoy, estar juntos hoy, disfrutar lo que tienes alrededor hoy y sentir maripositas en la panza por todo lo que te rodea.  Construye el amor y trabaja en el todos los días porque lo puedes encontrar en pequeños detalles que te hagan sonreír,  lo puedes encontrar en compartir con tus personas cercanas, lo puedes construir amando cada imperfección que aparezca por tu vida, amando los retos, amando las diferencias que tienes con otros.

 Ya que hayas terminado de amar, sigue amando… respetando y valorando cada segundo de los que te dio ese pequeño o gran amor porque si tu lo elegiste estoy completamente segura que es porque valía la pena.



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