Tirita de Papel


Hoy tengo mucho que agradecer sobre todos los cambios que han pasado por mi vida, por todo lo increíble que pasa cuando te atreves a ponerte una nariz roja para compartir alegría y para compartir amor con lo mejor de ti, rodeado de las mejores personas.

 Hace tres años apareció en mi vida una foto de un Médico de la Risa al cuál no termino de agradecerle lo que puso en frente de mi, algo que buscaba sin saberlo, algo que con el paso del tiempo se fue poniendo cada vez mejor y mejor.  Me hizo el favor sin querer queriendo de hacer un cambio impresionante en mi vida, en mi entorno,  me hizo compartir con 14 personas increíbles, llenas de magia, de amor, de alegría de ridículo y frustración convertida en éxitos. Gente que estaba ocupadísima en nombrar a su mejor versión… ¡Gracias chicos por compartir conmigo esos momentos tan memorables, de risas y carcajadas, pero sobre todo, momentos llenos de diversión! Gracias a ese increíble acontecimiento apareció la tirita de papel que hasta el día de hoy 
sigue cambiando mi existencia… Serpentina.

En un inicio creía que Serpentina era otra persona… cosas que jamás me imaginé que podría hacer: abrazar a un extraño, jugar a hacer el ridículo, usar la ropa que jamás me hubiera puesto en otros lugares, entrar a hospitales (lo cuál me parecía demasiado perturbador),  sentirme orgullosa por que alguien en la calle me echaba un silbidito y contestar mandando un beso, conocer gente maravillosa que compartía mi visión del mundo y mis ganas de hacer la diferencia.


 En 1095 días fui aprendiendo poquito a poco que esa tirita de papel colorida, que esa Serpentina, esa loca que saluda a la gente por la calle, que es capaz de saludar a cualquier extraño, esa niña de nariz roja que se podía parar encima de una silla en la sala de espera de un hospital a cantar o contar el chiste del que nadie se reía sin sentirse avergonzada era nada más y nada menos que yo misma. Descubrí que la magia de la nariz no es en quien te transformas, es quien eres en realidad.


Ese plástico rojo de $2.50 es sólo una manera de ir ecualizando las estupideces que hace Serpentina con las estupideces que Raquel es capaz de hacer y mejor aún, esas estupideces son aplaudidas por otros, son la magia que transmiten los ojos de quienes te observan esperando que otra gran tontería podría yo decir sin ningún empacho.

Gracias a estos muchos días de dicha y pachanga dentro de asilos, hospitales, en las avenidas de la ciudad he aprendido que mis problemas jamás serán tan grandes como los imagino, que las cosas materiales no valen nada si nosotros no les damos importancia, porque ahora es cuando puedo apreciar tanto una sonrisa, un abrazo, un besito, o un concurso de tonterías.  En verdad, que nunca imaginé encontrar en la carcajada de un perfecto extraño tanto gozo, tanto placer, tanta satisfacción… Nunca imaginé lo reconfortante que puede ser servir a otros, ser voluntario, amar a alguien que acabas de conocer o llorar abrazando a un amigo deseando con todas mis fuerzas que todas las penas que hoy viven se vayan tan pronto como sea posible.

1095 días de tener un carrete mental que pasa caras, y caras llenas de narices rojas, de colores, de ganas de jugar, de amistad infinita, de sonrisas, de gente impresionante, grande, amor, paz, locura, energía… Gente tan especial que te hace sentir especial que admiro y respeto por atreverse a brillar y hacer brillar a otros con su estupidez sin miedo a ser el más idiota y mejor aún disfrutándolo.


El panorama ha ido cambiando, y además de cambiar, con el paso del tiempo también toda mi vida, un Médico de la Risa guapo que me hace reír todos los días con sus grandes ocurrencias, un trabajo (que aún no me acomodo llamándolo trabajo) en el que diario me rio, aprendo, juego, y siento pasar las horas como si fueran segundos, dónde he formado amistades increíbles, dónde he aprendido a vencer retos, a llorar fracasos, o celebrar éxitos, a resolver problemas, a ser tolerante, respetuosa, amable, pero también a tener ideas creativas, locas, divertidas (y algunas veces no tanto), y a seguir compartiendo lo mejor de mi en cada momento. También he viajado como nunca a ciudades en las que he conocido lo mejor de la ciudad, a sus voluntarios, a la gente que con su actitud y su corazón puede hacer milagros, gente que puede convertir el lugar más hostil en una fiesta y lo más padre es que están regados por toda la República sin siquiera imaginar que aunque no conozco a muchos ya los tengo en el corazón porque compartimos un mismo fin, porque hacen de mi trabajo una experiencia grata y hacen que todo lo que hago en mi jornada diaria se vuelva una realidad.

¿Qué si tengo que festejar 3 años de ser voluntaria?... ¡vaya que tengo qué festejar! Esto está siendo la mejor experiencia, la mejor aventura, la mejor manera de crecer, la mejor manera de aprender, la mejor manera de vivir.

Gracias a todos los que han participado de esta transformación: desde ese muchachito que me invitó,  pasando por mis compañeros, mi facilitadora, mis amigos curiosos y preguntones, mi familia 100% apoyadora y comprensiva mi novio infinitamente amoroso, paciente y tolerante y su familia que siempre tienen las porras para mi, el Consejo que tiene la paciencia para enseñarme y también para aprender, todos los Médicos de la Risa que hacen que todo esfuerzo valga la pena, y sobre todo a la Estación, a estos compañeros increíbles, luchones, alegres, tiernos que de pronto me dan zapes de realidad, otras veces me dan el impulso que necesito y otras muchísimas más se atreven a invitarme a sus más increíbles sueños y que están dispuestos a hacer que esto, que para mi comenzó como una Serpentina, se convierta en algo que llegue cada vez a más lugares con más gente que como muchos de nosotros llegó en el momento perfecto.

¡Cambió mi vida por completo, en lo personal, lo profesional y lo amoroso! Gracias Tirita de Papel... Gracias Serpentina, Gracias Risaterapia por todo lo que le han dado a esta eterna curiosa...






Entradas populares